Haití recuperó cierta calma tras semanas de enfrentamientos entre pandilleros y policías, mientras la transición hacia un nuevo gobierno avanza con lentitud y el interés que la comunidad internacional mantenía en la crisis merma según avanzan los días.
No obstante, el gobierno a cargo temporalmente del ministro de Economía, Michel Patrick Boisvert, pospuso una semana más el toque de queda en la capital del país, donde 9.000 personas desplazadas ocupan ya 87 refugios improvisados debido a la inseguridad según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Mientras tanto, la Oficina del actual Primer Ministro publicó el martes el decreto que designa a los integrantes del Consejo Presidencial de Transición, el organismo a cargo de nombrar a un nuevo jefe de gobierno, de proponer un nuevo consejo de ministros y de sugerir a los integrantes de un consejo electoral provisional encargado de convocar a elecciones.
El anuncio se hizo público en el diario oficial Le Moniteur, donde el viernes pasado fue publicado el mismo decreto impugnado al día siguiente debido a que su contenido difería del original y obviaba puntos del Acuerdo Político suscrito entre los integrantes del Consejo para dar legitimidad al organismo.
La publicación fue considerada una nueva maniobra del aún primer ministro Ariel Henry para demorar el proceso, hecho que fue desmentido por el director del órgano oficial de prensa, Ronald Saint-Jean, quien dio a entender que publicó el decreto sin la debida autorización.
“El gobierno no tiene nada que ver con lo ocurrido; es mi total responsabilidad”, dijo Saint-Jean a la emisora Magik9.
El pasado 11 de marzo, Haití cumplió un mes del anuncio de Henry de que dejaría el cargo una vez el Consejo Presidencial de Transición, creado con la mediación de la Comunidad del Caribe (Caricom), ocupe sus funciones.
Pero la creación del organismo encontró en el camino una serie de dificultades como el desacuerdo entre los sectores para nombrar a sus representantes, la aparición de pretextos legales y constitucionales, y el rechazo de quienes propugnan una salida diferente a la crisis, incluyendo a las bandas armadas.
¿Qué se debe hacer en Haití?
“Queda mucho trabajo por delante, concretamente nombrar a un primer ministro interino. Pero estamos comprometidos a trabajar con los miembros de este consejo”, dijo el miércoles en Washington el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, citado por La Voz de América.
En Bruselas, entre tanto, su colega del Servicio Europeo de Asuntos Exteriores, Peter Stano, dijo que Haití necesita con urgencia una solución “haitiana” para poner fin al actual vacío de poder, y abordar la crisis política, humanitaria y de seguridad de larga data.
Pero en Puerto Príncipe, líderes como Liné Balthazar, del Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK), del expresidente Michel Martelly (2011-2016), expresó su desacuerdo con el decreto, “porque el texto no corresponde al compromiso asumido por el gobierno el 11 de marzo”, fecha del anuncio de su dimisión.
La violencia desatada por las pandillas ha causado 1.193 personas y 692 heridos desde inicios de año hasta principios de marzo, según el último balance presentado por la ONU. Además, 53.000 personas tuvieron que huir de Puerto Príncipe sólo en marzo debido a la persistente inseguridad.
Paul Junior Fontilus, jefe del Hospital Universitario de la Paz, dijo al portal informativo Le Quotidien que del 29 de febrero al 9 de abril, 194 heridos de bala ingresaron a ese centro de salud, que lucha por mantener su funcionamiento.
El principal hospital del país, el de la Universidad Estatal, ha sido convertido en un “campo de batalla” por las pandillas según su director ejecutivo, Jude Milcé, quien en declaraciones al periódico Le Nouvelliste, admitió que no se han podido tomar medidas para reabrirlo.
Fuente. diariolasamericas.com